“Las emociones duran segundos, pero tenemos la tendencia a rumiarlas y su repetición crean estados de ánimo que después por acumulación llegan a convertirse en rasgos personales”
La idea es no identificarse con la emoción y entender que uno no es la angustia ni la ansiedad.
“Mira siempre lo que te sucede con el ojo de la conciencia y te darás cuenta de la emoción que está ahí y luego, ésta empezará a perder fuerza y de manera natural se va a desvanecer. Si lo haces una vez, dos, tres y cuatro veces la tendencia de esa emoción destructiva irá bajando su intensidad hasta desaparecer”
Es decir, se trata de cultivar las cualidades más valiosas y las otras, disminuirlas. Para eso, dijo, se requerirá esfuerzo, reposo completo y mucha práctica.