Diciembre 22, 2017
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Palabras de Eckhart Tolle - "Los pensamientos ya no me controlan".
¿Es posible acallar la pesada voz que habla sin parar desde nuestra cabeza? ¿Quién es esa voz? ¿Es posible ir más allá del pensamiento? Estas preguntas acecharon a Eckhart Tolle durante un tiempo. El ruido de su mente fue en aumento hasta que en medio de la angustia y la ansiedad su mente colapsó. La voz mental se calló y sus pensamientos dejaron de hacerle sufrir. Los espacios de silencio entre pensamientos aumentaron y la paz y la quietud se instalaron en su vida. De repente, como un fogonazo, alcanzó el estado que los monjes zen persiguen durante décadas en los monasterios y muy pocos alcanzan. A raíz de esta experiencia abandonó su puesto de investigador en la Universidad de Cambridge y se dedicó a dar seminarios por el mundo, hablando de la importancia de hacernos dueños de nuestros pensamientos, que nos han poseído, y de vivir el momento presente, porque es lo único que existe. En persona transmite autenticidad y sus charlas son un viaje hasta el momento presente, ese lugar que se aloja entre dos pensamientos.
Sus libros, El poder del Ahora, Una Nueva Tierra y El Silencio Habla resumen las enseñanzas de este maestro espiritual contemporáneo.
Compartinos un fragmento de una entrevista que tuvo Alberto D. Fraile Oliver, en Barcelona.
¿Cuál es el primer paso para acallar la mente?
Tomar conciencia de que esos espacios existen en un día normal. Estás mirando a un árbol o al cielo, a las nubes, y es un momento en el que no hay ningún pensamiento. Solamente la percepción y la conciencia a través de la cual la percepción sucede. Un espacio. El primer paso consiste en darse cuenta de que, sin hacer nada, algunos espacios existen en mi vida. Después se pueden buscar esos espacios activamente. Yo recomiendo hacer cosas que uno hace normalmente como lavarse las manos, tomar un café, ir de aquí a allí, entrar en la escalera, subirse al ascensor… tomando conciencia de acto y del momento, sin hacer de ello un medio para un fin sino un fin en sí mismo. Lavarse las manos sintiendo el agua, el jabón, secarse las manos… Solamente la percepción y la conciencia. Otra cosa que también recomiendo es cuando entras en tu coche, cierras la puerta y te quedas unos treinta segundos sin hacer nada, sentir el cuerpo, la vida dentro del cuerpo. No es mucho, 30 segundos, pero muchos de estos momentos en un día inician un cambio. Esos pequeños momentos en los que no pensamos sino que estamos conscientes sin pensar. Es más importante tener muchos momentos pequeños durante el día que estar en una meditación de media hora cada día y luego pasarse el día sin tener espacios. Entonces empieza un cambio, surge la conciencia no condicionada, la conciencia pura. Lo demás, los pensamientos, son una forma de conciencia condicionada por el pasado. Casi toda la gente está atrapada en un sentido del ‘yo’ que depende de los pensamientos condicionados y una imagen mental que tiene de “quién soy”, o sea una identidad que depende de los pensamientos. Eso significa moverse por la superficie de la vida sin nunca ir más profundamente. Una vida de ese modo se hace muy insatisfactoria, siempre hay sufrimiento. Si tu vida se desarrolla solamente en la superficie del ser, que es cuando te identificas siempre con los pensamientos, entonces le falta la profundidad y sufres.
Si no soy los pensamientos ¿Quién soy yo?
No eres los pensamientos, eres el espacio desde el cual surgen los pensamientos. ¿Y qué es ese espacio? Es la conciencia misma. La conciencia que no tiene forma. Todo lo demás en la vida tiene forma. En esencia somos esa conciencia sin forma que está detrás de los pensamientos. Pero para experimentarlo es necesaria una experiencia de quietud interior. Si yo tengo solamente un momento en el día de quietud alerta que me da un sabor de lo que es, ya entiendo lo que es la conciencia no condicionada, más allá del pensamiento. Una persona que no tiene ese momento, ni siquiera un momento, no puede entender nunca de qué estamos hablando ahora. No lo entendería.
En el mundo espiritual, hay una corriente que tiende a utilizar canalizaciones, maestros, guías, etc… Sin embargo, tus enseñanzas son muy sencillas, muy prácticas. ¿Qué diferencia hay entre estas dos vías de conocimiento?
Como lo veo yo, esta enseñanza va a la fuente. Hay otras enseñanzas que van a un nivel intermedio que todavía tiene una forma. Hay muchos niveles y cada enseñanza tiene su lugar y la gente será atraída a la enseñanza que corresponde a su interior. Esta enseñanza no tiene nada que ver con la forma, va a la misma fuente del ser, y por eso es la más simple. Todas las intermedias son más complicadas y cuanto más cerca de la superficie, más complicadas, cuánto más profundas, más sencillas.
¿Has llegado a alguna conclusión de lo que hay después de la muerte?
De algún modo, casi puedo decir que he muerto ya porque si no estás identificado con la forma, lo que queda es lo eterno que no tiene forma. Entrar en eso conscientemente es encontrar la muerte antes de que la muerte te encuentre a ti (risas) y si entras ya en la dimensión que no tiene forma y has entrado en la muerte, te das cuenta de que lo que llamamos muerte en realidad es la vida, es la vida sin forma. La muerte es solamente la disolución de la forma y queda la vida, o lo que Jesús llama “vida eterna”. Por eso la muerte, incluso la muerte que sucede cerca de ti cuando se muere alguien, es siempre una posibilidad de realización espiritual. Detrás de cada muerte se esconde la gracia.
Entonces, ¿para qué estamos aquí?
Estamos aquí para que la conciencia pueda florecer a través de esta forma y entrar en el mundo de las formas para transformarlo. El propósito de la vida, en lo profundo, es ser como una puerta para la dimensión sin forma, que entonces entra en el mundo de las formas y convierte el mundo en algo que ya no es hostil.
En el libro "Una nueva Tierra" estableces una relación entre lo que está sucediendo en el mundo a nivel de catástrofes climáticas, etc., con el estado de conciencia de los seres humanos. ¿Podrías desarrollar un poco esa idea?
Lo que uno experimenta como la vida exterior, las situaciones que uno encuentra, las cosas que pasan, las relaciones que tiene, es decir, el modo en que la persona experimenta la vida, es siempre un reflejo de su conciencia, de su estado interior, del estado de la mente. Si una persona, por ejemplo, siempre está rodeada de personas violentas, en cada situación encuentra violencia, significa que hay algo dentro que es una fuerza violenta, agresiva. Son inconscientes de esta situación, y una persona completamente inconsciente experimenta su propio estado como cosas que le pasan desde el mundo exterior. Si una persona así se hace conciente, de repente sería capaz de ver que dentro suyo existe violencia emocional o mental, entonces empieza la transformación.
Gracias Maestro por tu sabiduría !!!